Melómanos, me es grato informarles que este 27 de abril de 2025, se presentó, por primera vez en Concepción, en el marco de su debut en territorio nacional, y seguido de su primera fecha en la capital, The Pineapple Thief. la exitosa banda británica de rock progresivo, que, fiel a su sutileza y técnica, hicieron vibrar las energías de todos nosotros, sus asistentes. Esta fecha fue gracias a nada más y nada menos que la productora Spider Prod, responsables de que nunca falte rock y metal de la más alta calidad en el país.

 

 

 

 

El show tuvo lugar en el espacio Marina de Talcahuano, aledaño a Concepción, contando con la obertura del dúo nacional Nuvian, quienes brindaron una presentación muy particular. Se trata de dos virtuosos fieles a su bajo, que interpretaron pasajes de una inmersión emocional oscilante, sin batería, sin elementos externos, sólo su actitud, simpatía y, por supuesto, su habilidad tras las cuerdas.

El repertorio de los nacionales fue una pincelada instrumental intrépida entre misterio y agresión, con intervenciones complejas, sirviendo en bandeja de plata su estilo vanguardista de música progresiva, recordando por ratos el estilo del maestro Mauricio Nader. Al final de su delicado acto, dedicaron su agradecimiento a The Pineapple Thief por la invitación y al público, por el recibimiento a su distinguido show, sin duda un dúo para tener en cuenta cuando de vanguardia se trata.

 

 

 

 

Para continuar la velada, el plato fuerte y por el que todos pedían la cabeza: ¡El ladrón de las Piñas! Presentado ante todo el pueblo que clamorosamente pedía su ejecución. Y de manos de su principal artífice, el señor Bruce Soord, compositor y escritor principal de las fechorías del ladrón, ovacionado y listo para entretener a sus espectadores.

 

 

 

 

El espectáculo se desarrolló con un Bruce extremadamente comunicativo, lanzando chistes, y agradeciendo al público en cada momento por esta exitosa bienvenida al país, prometiendo volver, con canciones que no estaban en este repertorio. ¡Pero qué distinguido, Sir! Los secuaces del ladrón en esta ocasión, fueron el apuesto Steve Kitch en los teclados, el par de “pelados”, como gritaba amigablemente el público, Beren Matthews y Jon Sykes en guitarra y bajo respectivamente, y el alegre Gavin Harrison en la batería. Todos en conjunto, demostraron que el show, además de sofisticado y técnico, venía recargado con simpatía y mucha interacción con la audiencia. La mejor parte: el ambiente familiar que incluía a grandes y chicos, todos unidos en este ambiente lleno de rock y camaradería. Como agregado, muchos de los niños ahí presentes tuvieron la gentileza de entregarles pancartas a los miembros de la banda, incluso Gavin entregó sus mágicas baquetas a una afortunada señorita, que asistió junto a sus padres. Una muestra de clase, sin duda un recuerdo nuclear en la historia que se escribirá entre la música y aquella niña.

 

 

 

 

Con respecto al sublime repertorio que tuvimos la suerte de presenciar, fue desarrollado en su mayoría para interpretar la última obra de The Pineapple Thief, compuesto por: It leads to this, el decimoquinto álbum de la banda, con una gran puesta en escena, un lienzo en altísima resolución, y junto a la iluminación, nos trajeron a colación la estética post-dramática de esta entrega musical, cautivando a todos a inicios del año pasado. “Rubicon“, “To Forget“, y la homónima canción del álbum fueron algunas de las piezas claves, que se disfrutaron a mayor voltaje en esta velada progresiva. Por otro lado, repasaron viejos conocidos en su discografía, teniendo la favorita de muchos, “In Exile”, como la segunda interpretación en la lista de artilugios del ladrón para robarse la noche en Concepción.

 

 

 

 

Como mención especial, quisiera hacer hincapié en el desliz acústico que realizaron nuestros anfitriones especiales de la noche, sin dudas una verdadera delicia que, en exclusión de su guitarrista estrella, Baren, prepararon para darle otro matiz a esta fría noche de otoño, y conseguir ese verdadero título de velada, al llevarnos a una experiencia muchísimo más íntima, pero no por ello falta de carisma. Sólo podría traer a la mesa los chistes de Gavin y la piña de Jon, que amenizaban aún más lo que empezaba a cocinarse en la fogata del alma. “Threatening war”, “Barely breathing y Snowdrops sonaron de manera sublime, y la mejor parte: el público de Concepción obnubilado por la demostración “unplugged”, aplaudiendo y cantando cada una de las respectivas canciones. Sin dudas, el ladrón se robó los corazones de todos los penquistas que no podían más con esta inesperada versión acústica de la banda.

 

 

 

 

Esperamos verlos pronto, gritamos todos, ellos, agradecieron, nosotros, de vuelta a poner los carteles de “Se busca. ¡Nos han robado todas nuestras piñas!”

 

 

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