Fotografías: Francisco Aguilar A / @franciscoaguilar.ph
La noche comenzó puntualmente en la sala metrónomo, con una descarga de rock nacional, a cargo de los incombustibles y ya clásicos Devil Presley, los que nos entregaron 7 cañonazos directos al cerebro, que nos advertían que la noche se venía intensa. “Belcebú” y “Confiar en nadie” fueron las primeras canciones que entregaron al público, el cual los recibió con los brazos abiertos. “Aguardiente” y “Bramador” siguieron en esta descarga de potencia, las que terminaron de concretar la conexión de la banda con los espectadores que estaban, a esa altura, sedientos de más rock. Devil Presley demostró que en el sur del mundo tenemos rock de calidad.
El segundo espectáculo de la noche estuvo a cargo de Danko Jones, quien pisaba por primera vez suelo chileno con la promesa de un show de alto octanaje. Y así fue. Desde el primer segundo de su show, logró conectar con los asistentes, muchos de los cuales habían esperado años para ver a la banda en nuestro país. “Guess Who’s Back” abrió los fuegos como queriéndonos decir: mira quien volvió, seguida de “Get High?”. Tomándose el tiempo de hacer una pausa y pedirnos que lo abucheáramos, así es, el mismo Danko Jones nos pedía pifias lo que demostraba parte del dominio escénico que muestra en sus actuaciones. Acto seguido, vendrían para darle mayor poder a la noche “I’m in a band”, “I gotta rock” y “Lipstick city”, y ese bloque lo cerraría una de las canciones más emblemáticas de la banda, “First Date”, un himno que ha trascendido generaciones y que, en nuestro país, se ha ganado un lugar especial en el corazón de los fans. El público, que durante años había esperado la llegada de Danko Jones a Chile, ya estaba completamente inmerso en un show que no solo cumplía, sino que superaba todas las expectativas. Era la oportunidad de vivir, finalmente, lo que muchos habían anticipado por más de 20 años, y la energía era palpable en cada rincón del recinto.
Mención aparte merece la brillante interacción de Danko Jones con los medios presentes, quienes no solo cubrían el evento, sino que también se convirtieron en parte de la dinámica del show. El mismo Jones nos pedía, con su característico humor y desparpajo, que calificáramos la presentación con 5 de 5 estrellas. Y no fue difícil hacerlo, porque el espectáculo que nos brindaron fue, sin lugar a dudas, una experiencia digna de esa evaluación. La banda no solo tocó sus clásicos, sino que transmitió una energía única, con una conexión genuina con los fanáticos, que respondió a cada uno de sus gestos.
La tercera ronda de canciones, que incluyó temas como “Good Time”, “You Are My Woman”, “Had Enough”, y “You My Little RnR”, terminó por dejarnos la cabeza a mil. El show de los canadienses no fue solo un recital, sino una verdadera lección de rock n’ roll con abundancia de actitud. El cierre del show fue tan explosivo como se esperaba, con el público coreando y vibrando al ritmo de la banda, dejando claro que esta fue una noche histórica para todos los presentes.
Y puntual al igual que las bandas anteriores, hacían su ingreso al escenario los suecos Graveyard, la banda formada por Joakim Nilsson guitarra y voz, Jonatan Larocca-Ramm guitarra y voz, Truls Mörck bajo y voz, y Oskar Bergenheim en batería, nos entregarían otra dosis de rock necesaria. Esta agrupación se presentó por segunda vez en nuestro país, recordándonos que su anterior visita había sido en 2018. Con ello en mente, su regreso en 2025 traía muchas novedades, entre ellas, su sexto álbum, lanzado en 2023, titulado 6. Su público, siempre fiel y entregado, los acompañó una vez más, demostrando el fervor que despiertan en cada presentación.
Con un setlist de canciones demoledor, terminaron de remecer nuestras almas, entregándonos esa dosis justa de hard rock que todos necesitamos. “Twice“, “Please don’t”, y “Cold love” fueron las cartas de entrada en este segundo paso por Chile. Les seguiría “From a hole in the wall“, “Breathe in breathe out”, “An industry of murder”, entre otras. En esta ocasión, repasaron un repertorio basado en sus discos Hisingen Blues, Peace, Lights Out, 6 e Innocence & Decadence, ofreciendo un viaje envolvente. Lo de Graveyard, fue una presentación sólida que nos gustaría ver más seguido en suelo nacional, y los asistentes así se lo hacían saber a los de Gotemburgo, coreando cada una de las canciones que nos entregaron.
En síntesis, fue una noche de hard rock redonda, que nos dejó con el ánimo y los sentidos a tope, y es que la fórmula de tener este tipo de bandas en Chile, es algo que siempre se agradece y se disfruta.
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