Reseña por: Nicolás Gacitúa

La segunda jornada de Mors Vincit Omnia, llevada a cabo el sábado 2 de noviembre, prometía otro ritual oscuro e implacable bajo la producción de Kerygma y A Thousand Lost Civilizations. En un inicio, la noche estaba marcada por el esperado debut en Chile de los noruegos Dødheimsgard, pero, debido a su inesperada ausencia por temas de salud, los organizadores se movieron rápidamente para traer a Negative Plane desde Estados Unidos, quienes ya habían dejado su huella el año anterior en Rancagua. La decisión fue bien recibida por el público, que esperaba con ansias una jornada de black y death metal de alto calibre.

La tarde comenzó antes de las 17:00 hrs. con Cenotafio, banda liderada por Daniel Hermosilla, quien trajo al escenario una avalancha de death black metal oscuro y potente, con letras en español. Con dos álbumes de larga duración en su discografía, lanzados en 2017 y 2019, Cenotafio fue capaz de capturar la atención de la audiencia, que rápidamente descendió hacia el escenario al escuchar las primeras notas de la banda. Su sonido crudo y despiadado dejó una marca desde el primer acorde, y la energía en la Blondie empezó a aumentar mientras el público respondía con entusiasmo. La primera banda de la jornada demostró ser un acto imponente y consolidado, y fue el puntapié perfecto para esta oscura celebración.

La segunda banda en escena fue Wrathprayer, provenientes de Rancagua. Este show fue especial para ellos, ya que además de participar en el festival, estaban lanzando oficialmente su nuevo álbum Enkoimeterion, lanzado en octubre del presente año, tanto en vinilo como en CD. Los asistentes podían adquirir este material en los puestos de merchandising ubicados a la derecha del público, lo que añadió un toque extra de emoción. Doce años después de su primer larga duración, Wrathprayer regresó con un sonido más sólido y brutal que nunca. Liderados por God of Torment y Pestifer Fides, quienes también forman parte de Oraculum, ofrecieron una presentación impecable, cargada de intensidad. La audiencia respondió con un headbanging implacable, especialmente en la primera fila, y quedó claro que Enkoimeterion será recordado como uno de los mejores lanzamientos de este año en la escena extrema chilena.

Con el terreno bien preparado por las bandas nacionales, llegó el turno de Black Curse, una banda estadounidense que se sumó al cartel en reemplazo de Cruciamentum, quienes originalmente estaban programados para esta jornada. Estos neoyorkinos, en su primera presentación en Chile, trajeron consigo su segundo álbum, Burning in Celestial Poison, junto a su elogiado debut “Endless Wound“. Su death/black metal feroz y contundente fue el combustible perfecto para el público, que se entregó a una vorágine de frenéticos cabeceos y movimientos intensos. Su sonido denso y aplastante generó una atmósfera cargada de energía en Blondie, y Black Curse se posicionó rápidamente como uno de los actos más destacados de la noche, ofreciendo una experiencia sonora brutal y sin concesiones.

A pesar de la cancelación de Dødheimsgard, el festival no perdió fuerza, ya que el escenario estaba reservado para la presentación de Negative Plane, otra banda estadounidense que fue recibida con los brazos abiertos por los asistentes. Ellos visitaron Chile por primera vez en 2023 en Rancagua, ofreciendo una actuación memorable para aquellos que no pudieron verlos anteriormente. Esta vez, la banda se dedicó a repasar temas de sus tres producciones de larga duración, finalizando con la épica “The Chaos Before the Light”, un tema lleno de misticismo y complejidad. A diferencia de su presentación anterior, esta vez no recurrieron a covers, lo cual les permitió enfocarse completamente en su propio material. Su black metal con largas composiciones y constantes cambios de tempo, crearon una atmósfera hipnótica, y su ejecución impecable fue apreciada por el público, que quedó inmerso en cada una de sus elaboradas canciones.

Para culminar la noche y poner un cierre épico a Mors Vincit Omnia, llegó el momento del debut de Tormentor, la mítica banda de black metal de los años 80, proveniente de Hungría. Aunque su líder, Attila Csihar, ha visitado Chile en múltiples ocasiones con Mayhem, esta fue la primera vez que se presentó en el país con su legendaria banda original. El debut de Tormentor atrajo no solo a los fans de Santiago, sino también a seguidores de regiones, quienes se acercaron a Blondie para presenciar a los creadores de los demos de culto The 7th Day of Doom y Anno Domini de 1989. Estos dos trabajos conformaron la base de su setlist, y cada tema fue recibido con una explosión de energía y fervor por parte del público.

Desde los primeros acordes de “Tormentor”, la canción homónima, el público quedó cautivado. Attila, con su presencia teatral y siniestra, utilizó una capa y un látigo durante canciones como “Elisabeth Bathory”, un detalle que añadió dramatismo a su actuación. En uno de los momentos más destacados, alguien del público arrojó una bandera chilena al escenario, la cual Attila sostuvo y mostró al público con orgullo durante el resto de la presentación. Esta interacción entre banda y público fue especialmente emotiva y demostró la conexión genuina con sus fans chilenos. Attila no dudó en elogiar al público entre cada tema, agradeciendo la entrega y pasión de los asistentes.

Tormentor, con solo dos demos de culto en su haber, demostró que su estatus legendario sigue intacto, y su debut en Chile será recordado por mucho tiempo. Mors Vincit Omnia cerró con una presentación histórica que dejó una huella profunda en la audiencia. Sin duda, esta jornada será una referencia para futuros eventos en Chile, y deja el precedente de que bandas de culto pueden encontrar un público apasionado y devoto en este país.

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