El Teatro Coliseo, un escenario que ha acogido a un sinfín de artistas de diversos ritmos y nacionalidades, fue el espacio perfecto para presenciar a dos pilares de la música chilena. El rock alternativo y el electropop no pudieron estar mejor representados, con estos dos exponentes que nos demostraron que tenían mucho que regalarnos.

El público, compuesto por verdaderos conocedores de la escena, llenaron la espera coreando canciones de the smiths y the cure entre otros, mientras intercambiaban miradas de complicidad y admiración por quienes llevaban disfraces y se robaban la atención. Con personificaciones de Los Sims, Vámonos Pest de Breaking Bad, brujas, personajes de películas y animé fueron algunos de los que pudimos apreciar gracias a la invitación de los artistas a que el público fuera disfrazado, haciéndonos sentir como en una versión extendida de Halloween.

Cerca de las 21 horas el Teatro ya estaba repleto, pese a que aún se realizaban ajustes finales en el escenario para dar paso al show de Javiera Mena y sus músicos sobre las 9:20. Una entrada digna de una vampiresa que despertaba de su sueño eterno, envuelta en el misterio de la noche y los sonidos de teclados celestiales de Culpa (Euroversión), bañada en luces azules que transformaban la atmósfera. Nos hacía caer hechizados por la energía del beat y del baile dando inicio a un show lleno de expectación. Pudimos recorrer un fino setlist de clásicos como “Luz de piedra de Luna”, que nos llevó 14 años atrás cuando las estéticas teñidas de colores fuertes y metalizados nos vestían a los fanáticos de la época.

En el segundo tercio del show, Javiera nos presentaba dos sencillos, “Volver a llorar” y “Entropía” de su próximo álbum, un trabajo que promete explorar conceptos frescos tanto en lo musical como en lo lírico. Simplemente la artista chilena cautivó con una interacción cálida, sonriente en donde lanza besos tanto a cancha como a platea, y rosas rojas que provocaron una avalancha de manos intentando atraparlas. Para dar termino a su presentación con “Espada” fue el corte elegido, perteneciente a su tercer albúm Otra Era (2014) que hace pocos días habría cumplido 10 años desde su lanzamiento.

Casi a las 11 de la noche, el escenario se tiñe de un rojo envolvente que marca la entrada de Eduardo Caces, Cote Foncea y Claudio Valenzuela. El consolidado trío que conforma Lucybell caracterizados según la temática de la convocatoria, en donde vemos en el bajo un impecable Pennywise, en la batería un llamativo Beetlejuice y en guitarra y voz un lúdico Joker que ríe y baila para iniciar con “De este amor no sabrás huir”, sencillo que ha visto la luz en la gira de Sesión 3000 y que se instaura como el estandarte de la nueva era musical para esta queridísima banda, que ya supera los 30 años de trayectoria, y donde nos hicieron recorrer por un setlist lleno de introspección y sensualidad.

Con tantos éxitos tras éxitos, a la agrupación se le hace fácil complacer a todos independiente de cuánto tiempo llevan escuchándoles. Las primeras tres canciones correspondientes al nuevo single, seguido de “Sálvame la vida” y “Sembrando en el Mar” ya nos marcaban una tónica de placentera intimidad donde toda la audiencia observaba a los artistas con ojos maravillados, mientras coreaban teñidos en luces saturadas de rojo y azul que no dejaban sin tocar ningún rincón al igual que los sonidos potentes de Lucybell que tocaban hasta los más ocultos recuerdos de adolescentes oscuros de ojos delineados, pulseras de cuero y aros de cruces que hoy solo habitan en la mente de un montón de adultos que saben cómo disfrutar la vida a través de un espectáculo de calidad.

El saludo al público asistente no podía estar ausente, y la respuesta fue una explosión de entusiasmo en el Coliseo, que ya vibraba con el ritmo de una presentación inolvidable de 1 hora y 8 minutos en donde el público se abrazó, bailó y cabeceó. Cerca de la segunda mitad del show en la interpretación de “Mataz” Cote Foncea abandona su clásica ubicación en el sillín para unirse en las cuerdas a los demás integrantes para interpretarla al borde del escenario, con coquetos movimientos de Claudio que bailaba entre sus compañeros, quienes reían y compartían esa alegría a quienes desde un poco más abajo también bailábamos y disfrutábamos.

“Pez sin auxilio” también fue presentada en esta ocasión sumando un segundo sencillo inédito a esta presentación que finalizó con la poderosa trilogía de “Y a perderse”, “Cuando respiro en tu boca” y “Mil caminos” dejando el escenario entre ovaciones y lanzando al público cuantas baquetas y uñetas tenían a mano dejando la invitación abierta a todas y todos los asistentes a quedarse a la fiesta post show que prometía seguir subiendo la barra de satisfacción.

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